La unión entre madre e hijo durante las primeras etapas de vida del cachorro garantiza la alimentación y protección de la prole, por ello, cuando el cachorro se aleja demasiado de la madre, sus ladridos, gemidos y aullidos le ayudarán a encontrarla, es peligroso para él encontrarse solo, con lo cual la ansiedad por separación es algo natural en esta etapa dónde el contacto directo es vital.
En ocasiones los cachorros son apartados de la camada mucho antes de lo que deberían (desde un punto de vista biológico y psicológico), cuando eso ocurre, es normal que el cachorro vocalice incansablemente a fin de reunirse con su madre y hermanos. No obstante, ante esta situación muchos dueños prefieren regañar al pobre cachorro que está sufriendo una angustia traumática, lo que empeora aún más su estado. El cachorro se sentirá solo, desesperado, sin poder controlar la situación lo que le frustra, y este es sólo el comienzo de un problema que puede ser grave.
Normalmente el auge de la angustia es a los 30 minutos tras la salida del dueño, a partir de ahí la excitación y la angustia bajan a un ritmo variable. Los perros se estresan más en lugares desconocidos, y no necesariamente tienen solamente un dueño al que añorar, el problema puede ocurrir con más de un miembro de la familia, anticipando la salida del mismo y empezando a preocuparse por el sentimiento que muy pronto va a experimentar. Esta preocupación es laansiedad: el perro empieza a perder el control.
Si bien es cierto que la ansiedad por separación es más común en perros jóvenes, también es frecuente en ancianos debido a la pérdida de parte de sus capacidades.
Muchos son los factores de riesgo: perros que se quedan solos por primera vez estando acostumbrados a la compañía de su dueño, tras un periodo en una residencia canina, perros adoptados de protectoras con historial desconocido, perros que de repente pasan de estar mucho a poco tiempo con su dueño, cambios de residencia o en la estructura familiar, aislamiento en los primeros meses de vida, etc.
Los perros que sufren ansiedad por separación presentarán distintos síntomas, entre ellos:
Ladridos excesivos, aullidos y/o gemidos que expresan su malestar cuándo se quedan sólos. Es importante asegurarse que el ladrido no sea una respuesta a sucesos del entorno (ej. el gato del vecino que pasa por ahí cuando no hay nadie).
Destrozos en casa mientras el perro está solo. Ojo, algunos comportamientos destructivos durante la ausencia del dueño pueden estar relacionados con un simple juego del perro, por ejemplo, cuando se le regaña por morder el sofá, él aprenderá que hacerlo delante del dueño es peligroso pero sin el dueño no le pasa nada.
A la vuelta, el perro exagera al saludar. Todos los perros están contentísimos cuando vuelven sus dueños, pero si el tuyo salta demasiado, muerde, grita, gime, da vueltas, se hace pis encima etc., quizás pueda considerarse un signo de la ansiedad por separación.
Babeos y destrozos en puertas y ventanas. Todo lo que sean vías de salida para él.
Comportamientos agresivos o inapropiados cuándo el dueño se marcha. Está indicando claramente que no quiere quedarse solo pudiendo incluso llegar a gruñir o morder.
¿Pero por qué destroza las cosas? Posiblemente porque la cama, el cojín, el sofá, el mando de la tele y demás objetos tienen el olor del dueño lo que le producirá cierto grado de alivio, y eso sin contar en lo masticables que suelen ser los objetos humanos para los perros. Si tu perro te mira de reojo cuando llegas, lo más seguro es que asocie tu llegada a una posible regañina y solo se está anticipando a un castigo que recibirá sin siquiera saber el porqué.
Un perro con una grave ansiedad por separación intentará acudir a su dueño de cualquier manera, por ello es muy frecuente en estos casos la destrucción y babeo en puertas y ventanas de la casa.
Otro agravante de la ansiedad por separación es el estrés. El estrés suspende la racionalidad ya que prepara el cuerpo para la lucha o la huida, cuándo es crónico crea una serie de cambios físicos en el cerebro que provocan trastornos o mal funcionamiento químico. Algunos perros, se pueden volver adictos a las reacciones químicas del estrés agudo, además, cuando están muy estresados los perros destrozan cosas y vocalizan mucho más de lo normal.
¿Tu perro está estresado? Algunos signos de estrés pueden ser…
- Jadear
- Huellas sudorosas
- Hiperactividad
- Asearse excesivamente
- Gran pérdida de contración en cualquier tarea
- Bostezar y estirarse demasiado
- Auto mutilación
- Comportamientos obsesivo-compulsivos
- Entre otros
Si no estás seguro en relación al nivel de estrés de tu perro, puedes decirle a tu veterinario que le haga unos análisis de orina o saliva para detectar posibles trastornos.
¿Cómo saber qué lo que le pasa a mi perro es ansiedad por separación? Escribe todos los síntomas que presente tu perro, y sobretodo grábale cuando se quede solo. Lo más importante es descartar que no esté aburrido o contestando a estímulos externos de su entorno y por ello ladra y destroza objetos. Si el comportamiento ocurre solamente cuando el dueño no está, puede que se trate de una ansiedad por separación. Es importante tener en cuenta que los ladridos son auto reforzantes, puede que ladre por hábito.
Lo más eficaz: la prevención Es recomendable que los cachorros no se queden solos durante periodos de tiempo intolerables entre las 7 y las 14 semanas, ya que los eventos traumáticos ocurridos en este periodo pueden provocar miedos duraderos.
Cuando llevas un cachorro a casa, sería ideal poder llevar también algún objeto con el olor de su madre y hermanos para que se calme en momentos de tensión o sencillamente para su cama, tampoco es mala idea darle algo con nuestro olor. Lo ideal sería dejarle pasar las noches con sus nuevos dueños en su habitación ya que dejarle solo aumenta muchísimo su nivel de ansiedad. No se trata de “malacostumbrarle” sino de darle el tiempo necesario para que empiece a madurar y esté preparado para estar solo sin traumas. La ansiedad antes de las 16 semanas es normal y natural, aun así deberemos proporcionarle un entorno estimulante (el aburrimiento añade frustración física y mental que empeora el problema). Gradualmente incrementaremos el tiempo que el cachorro se quede solo, primero con el olor de la madre (si fuera posible) luego con nuestro olor.
Un perro adoptado adulto debería seguir parte del tratamiento de la ansiedad por separación nada más llegar para evitar males mayores.
Qué hacer en caso de ansiedad por separación Incrementar su estimulación física y mental a través de paseos más ricos en experiencias olfativas, el entrenamiento con clicker es una excelente idea para potenciar su lado más racional, ¡hazle pensar! Es imprescindible fomentar su lado racional y disminuir al máximo lo emocional, de esa manera le preparamos para que él tenga recursos de quedarse solo sabiendo que no pasará nada. Un perro que piensa será capaz de controlar y predecir (estabilizar) su mundo.
Hacer ejercicios físicos también le ayudará a gastar energía acumulada.
Nunca hagamos una fiesta al llegar o antes de marcharnos. Intentemos marcharnos rápida y silenciosamente, procurando no llamar su atención. Ir y venir sin dale mayor importancia.
Uno de los puntos principales es trabajar la relación entre el perro y su dueño, trabajando la independencia del perro con ejercicios divertidos además de potenciar al máximo su auto confianza.
A nivel nutricional, expertos afirman que una dieta baja en proteínas y rica en carbohidratos, afectan los niveles de serotonina en el cerebro, por ello la ingesta de arroz integral a diario además de suplementos nutricionales de vitamina B6 serán muy beneficiosos.
Mientras el perro está sólo… Démosle algo que hacer para que se concentre en alguna actividad y no en otra cosa. Hoy día en el mercado hay infinidad de juguetes anti aburrimiento para que el perro se entretenga mientras se queda solo en casa, además se le puede dar de comer en un Kong u otros juguetes dispensadores de comida. Dejarle un objeto aromatizado (aromaterapia), algo del dueño (con su olor), asegurarse de que el perro no puede acceder a una terraza si eso le produce malestar, utilizar barreras para los estímulos visuales externos, además de dejar música clásica puesta (mucho mejor que la radio y la tele, según recientes estudios).
Antes: salida del dueño = aburrimiento y soledad
Ahora: salida del dueño = juego, comida y tranquilidad
Parte de la estimulación mental se puede hacer sin tener que gastar dinero mediante una sesión casera de enriquecimiento ambiental: esconde montoncitos de premios por la casa para poner a prueba su olfato!
Al motivar a nuestro perro a que disfrute y se concentre de manera activa en algo, promovemos la activación de la corteza cerebral que, como ya hemos comentado, impide que el sistema límbico active emociones problemáticas.
Los masajes son una excelente opción para liberar estrés y descontracturar los músculos, prueba los masajes TTouch, fáciles de hacer y divertidos.
Lo ideal sería permanecer con el perro durante el tratamiento, por lo menos al principio, para ir aumentando el tiempo a solas y evitar respuestas sensibilizadas. Empezamos con 5 minutos de soledad, 10, 15, 30, 45, y así hasta que el perro aguante tranquilamente sin alterarse.
Si el perro presenta claros signos de estrés, necesitará un tiempo de relax en caso de que haga alguna actividad que pueda incrementar estos niveles.
Un confinamiento inapropiado también es un factor de riesgo para diferentes problemas de comportamiento relacionados con la frustración, el aburrimiento, el estrés y el pánico. Si el perro está dentro del transportín y ocurre algo que le produce miedo o ansiedad, no tendrá como escapar y no hay nada que empeore más su situación que dicha indefensión.
¿Y si tengo otro perro? No recomendamos adquirir otro perro hasta que el primero esté recuperado ya que puede aumentar aún más su angustia y estrés, sobre todo si es un cachorro.
Ojo, estar con otros de su misma especie en sus momentos de ocio, es una gran idea, siempre que sean perros equilibrados.
Muchos libros recomiendan realizar ejercicios de partida, para que el perro no pueda predecir cuando el dueño se va, mi opinión es la contraria, si estamos trabajando para que el perro sea más racional, sea consciente de la situación y tenga más auto confianza, no se trata de esconderle nada, sino de que él solo pueda gestionar esta situación a sabiendas que nada malo le pasará. Es imprescindible trabajar auto control y su auto estima. Las rutinas sistemáticas y estructuradas: horarios de comida, juego, necesidades, adiestramiento, vida social y aislamiento le ayudarán a predecir lo que viene a continuación lo que le ayudará a estresarse menos. La metodología JUEGOTERAPIA trabaja todos los ejercicios que le ayudan a superar de manera más fácil y rápida los signos de la ansiedad y el malestar que ello genera.
Recuerda, el perro no tiene la culpa, es solo un animal estresado, muy dependiente de nosotros.