lunes, 31 de marzo de 2014



  La socialización es el proceso por el cual tu perro aprende a relacionarse con otros perros y con los humanos. A través de la socialización, tu perro también aprende a llevarse bien con otros animales o al menos a ignorarlos.

Por otra parte, la habituación es el proceso por el cual tu perro aprende a ignorar elementos ambientales que no son peligrosos. De esta forma, un perro habituado a un ambiente citadino no se preocupará por el ruido del tráfico urbano ni por la presencia de muchas personas en las calles.

Aunque socialización y habituación son conceptualmente distintas, en este artículo consideraremos ambas dentro del proceso de socialización del cachorro. Así, para fines prácticos, la socialización de tu perro es el proceso por el cual acostumbrarás a tu mascota a reaccionar de manera adecuada (sin miedo ni agresión) frente a diferentes ambientes, personas, otros perros y otros animales.

La socialización de tu perro es lo más importante en su educación porque es lo que previene conductas agresivas y miedosas en el futuro. Además, un perro bien socializado es más fácil de entrenar y puede ser aceptado con más facilidad por otras personas.

¿Qué ocurrirá si no socializas a tu cachorro? Bueno, en el futuro tendrás un perro agresivo o un perro que puede morder por miedo, así que tendrás que adoptar ciertas medidas para cuando tengas visitas. Además te costará mucho llevar a tu perro de paseo, al veterinario o a cualquier otra parte, porque tendrá miedo de todo.

¿Cómo puedes saber si tu perro está bien socializado? Una regla simple para evaluar esto dice: si el dueño no se asusta de algo, entonces el perro tampoco debería hacerlo.
Edades de socialización del perro

Al igual que en otros animales, incluidos los humanos, la socialización del perro es un proceso que dura toda la vida. Sin embargo, el período crítico transcurre desde el nacimiento hasta la doceava semana (tercer mes). Es decir que tu perro tendrá muchas dificultades para adecuarse a su entorno si no ha sido correctamente socializado antes de los tres meses.

Ten en cuenta que el período crítico de la socialización puede variar para cada individuo. De hecho, muchos expertos consideran que el período crítico termina en la semana 16 (cuatro meses). El punto importante es que mientras antes empieces la socialización de tu cachorro, más garantías de éxito tendrás.

Además del período crítico de la socialización, existe un período crítico para enseñar la inhibición de la mordida. Es decir, para que tu perro aprenda a morder suavemente cuando juega o cuando muerde sin intención de causar daño.

Los perros aprenden a inhibir su mordida cuando juegan con sus hermanos, siendo aún cachorros. Por eso, es muy importante que no sean separados de la madre muy pronto. El período crítico para la inhibición de la mordida termina entre las semanas 16 y 18 de la vida del cachorro. Por supuesto, el aprendizaje de esta inhibición comienza mucho antes.

viernes, 28 de marzo de 2014


   En estos tiempos en los que todos jugamos a aprendices de etólogo, es frecuente escuchar el término “perro dominante” aplicado al perro peleón o pendenciero, y de igual forma se aplica “agresividad por dominancia” a los casos en los que el perro ¿dominante? comienza la pelea o el altercado sin motivos aparentes. En ambos casos el concepto “dominante” no está siendo utilizado de forma correcta.Agresividad no es sinónimo de dominancia.

El “perro dominante”. Con frecuencia se confunde al perro realmente dominante (después lo definiremos) con un perro mal socializado. Un perro que no sabe comportarse ni con sus congéneres ni en su entorno, pero no porque sea dominante, sino porque desconoce las reglas del juego y -en la mayoría de los casos- su inseguridad le lleva a reaccionar con agresividad. El perro peleón no es el dominante, ni el sumiso, sino el que ocupa escalones intermedios y busca “su sitio”. El verdadero perro dominante es un animal tranquilo, seguro de sí mismo, que nunca reacciona con agresividad sin motivo y no provoca altercados gratuitamente, tal vez sea insolente y desafiante, pero no agresivo. No reacciona con agresividad a estímulos menores, sino que los ignora, ya que es un animal seguro de sus posibilidades. Un perro dominante puede manifestar, o no, agresividad por dominancia. Un perro de estas características es un animal duro y muy complicado para personas sin experiencia, que explora los límites y los supera (con otros perros y también con los humanos) porque él se siente por encima. Reconducir/modificar esa conducta es posiblecon tiempo y técnicas apropiadas, pero no está al alcance de cualquiera sin experiencia ni es tan sencillo como forzar la postura de sumisión (alpha roll over). La figura del profesional caninocualificado es imprescindible para conseguir resultados positivos, fiables y duraderos.

La agresión es un problema de la conducta canina más frecuente, por el cual los perros son llevados al veterinario o a centros de adiestramiento.

El término agresión no es muy conciso, haciendo referencia a la conducta amenazante o peligrosa dirigida hacia un individuo o grupo.

La agresividad en los perros ha de entenderse, en términos generales, como un conjunto de factores entre los que se encuentran:

• Ambientales(animal encadenado).
• Genéticos( razas).
• Fisiológicos( animal no castrado).
• Motivacionales (defensa).
• Instrumentales (experiencia traumática o enseñada).
• Patológicos(dolor, molestia).


Como consecuencia de este fenómeno, se puedeencontrar distintos grados de violencia canina que deberán ser tratados por especialistas de formas diferentes.

La agresividad es una conducta natural de los perros que permite regular las relaciones entre los miembros de una manada, y entre éstos y los otros animales. En el entorno doméstico esto se puede convertir en un problema que dificulte la convivencia del animal con las personas.

La clasificación de la conducta del perro más utilizada incluye los siguientes tipos de agresividad canina:

Agresividad con causa orgánica:

Esta forma de agresividad incluye tanto la agresividad causada por el dolor como aquella que es consecuencia de un problema orgánico, como los problemas hepáticos o el hipotiroidismo, suponiendo entre el 15 y el 20% de los casos.

Agresividad sin causa orgánica:

• Agresividad por dominancia.
• Agresividad por miedo.
• Agresividad territorial.
• Agresividad en el juego.
• Agresividad depredadora.
• Agresividad redirigida.
• Agresividad maternal.


La agresividad por dominancia es el tipo más frecuente en el perro, suponiendo entre el 40 y el 80% de todos los casos, seguidos de la agresividad por miedo y la agresividad territorial.
Los perros han evolucionado a partir de los lobos y estos manifiestan una conducta social y una organización jerárquica que implica un animal líder en la cúspide, el cual controla las situaciones o la conducta de otros miembros del grupo.

La agresión por dominancia se puede manifestar cuando un determinado perro se da cuenta queestá siendo desafiado o de que esta perdiendo el control de un recurso o de una situación a favor de un subordinado (un perro o una persona). Si la agresión se manifiesta, está influida por numerosos factores.

Por este motivo, los perros que han establecido la dominación sobre una determinada persona pueden reaccionar de modo agresivo si la persona se acerca cuando el animal esta comiendo o descansando o si una persona manifiesta signos sociales de dominancia.


La agresividad por miedo es desencadenada por un estimulo miedoso, que puede manifestarse cuando el perro es amenazado o castigado. Generalmente se presenta cuando el perro es incapaz de eludir el estímulo que provoca la respuesta de miedo.

Las causas más frecuentes de esta agresión son la socialización insuficiente y el castigo inoportuno y la genética puede desempeñar un papel en la determinación del umbral correspondiente a una respuesta de miedo.

La agresividad territorial se presenta cuando la conducta agresiva va dirigida hacia una persona o hacia otro animal que no considera miembro de la manada pudiéndose manifestar agresión hacia las personas o hacia otros animales que se acercan a los miembros de la familia.

La agresión territorial puede verse exacerbada si el perro está atado o encerrado.

Descubrir las causas que llevan a un perro a comportarse de forma agresiva es un proceso similar a deshojar una margarita o pelar una cebolla: tendremos que ir eliminando posibilidades hasta dar con el motivo real.

De este modo, la primera pregunta que tendremos que hacernos es: ¿Lo provoca un problema de conducta o hay un origen clínico? Esto sólo puede responderlo nuestro veterinario, tras un examen clínico del perro y que hemos comentado con anterioridad. 


Hay causas patológicas que requieren un tratamiento complicado, pero también existe la llamada“agresividad inducida por dolor”. Problemas tancomunes como una inflamación del oído que acabe en agresividad hacia aquellos que se encuentren próximos al animal. Debemos ser conscientes de que el perro no tiene capacidad de pensar de forma abstracta: para él, si siente dolor ahora es porque algo o alguien le lastima ahora, y culpará a la persona u animal más cercano. Es por ello que debemos someter al can a un examen completo, con el propósito de localizar la fuente del dolor y tratarla para eliminarlo.

Si tras un análisis veterinario no hay causa aparente de la agresividad, estaremos hablando de un problema de conducta. Llegado este punto tendremos que seguir deshojando la margarita:

¿Nuestro perro es dominante o sumiso? Cuando llega al parque ¿Se dirige directo al centro del grupo de perros que estén jugando o por el contrario hay que “invitarle” a acercarse? ¿Se coloca delante de nosotros de forma longitudinal, de frente a los perros o se sitúa de forma transversal, como si nos impidiera el paso con el cuerpo y se reclina sobre nosotros? Es importante saber si nuestro perro es dominante o sumiso, pues la forma de proceder en ambos casos es muy diferente.

Si el perro es dominante podemos encontrar diferentes tipologías de agresividad, como las enumeradas al principio.

En el otro lado de la balanza se encuentran los perros excesivamente sumisos, que suelen mostrar la agresividad por miedo.

Cada tipo de violencia responde a un impulso concreto, busca resolver una situación concreta, y por tanto hay soluciones diferentes. Asimismo, cada perro es distinto al resto. En su comportamiento afectan factores propios de los perros tan variados y a la vez determinantes como son el sexo, la edad o la disposición genética, pero también afectan otros valores como la edad a la que fue retirado del contacto con su madre y hermanos o la forma en que se ha llevado el periodo de socialización, fundamental para todo animal social, y cuyos artífices somos nosotros, los propietarios.

Por ello no es justo achacar toda la culpa de un mal carácter al perro, nosotros tenemos mucha responsabilidad en ello. Y tampoco es útil sentirse mal por un fallo en su educación causado por la falta de información. Siempre es buen momento para reconducir a un perro, tan solo hace falta tener interés en ello y paciencia. Y, asombrosamente, todos los perros tienen la capacidad de cambiar de actitud.

¿Y cómo erradicar la agresividad? Una vez determinado el tipo de agresividad que presenta el perro es más sencillo, pues podemos atacar solamente a la raíz del problema, sin estropear su carácter.

Algunas tipologías, como la Competitiva-posesiva, la Dominante-jerárquica, la Territorial o la Aprendida-impulsiva se dan siempre bajo un mismo factor: ausencia de unas limitaciones claras y bajo nivel de liderazgo humano.


Para ello existen un gran número de actos “rituales” que se deben adoptar (la forma de entrar y salir de casa, de darles la comida o de ubicarles para dormir, etc.) que ayudan a que el perro descubra la nueva actitud del propietario, dispuesto ahora a asumir el mando y a cubrir todas esas necesidades que el perro requiere. Como asesores debemos ayudar a los propietarios a adoptar esa nueva figura, la del líder.

Aprender a corregir el paseo es fundamental, pues si el perro asume que no es él quien toma las decisiones en la calle esperará a que seamos los humanos los que le digamos cómo obrar.


Para tratar la agresividad por miedo tendremos que, por igual, reforzar nuestra imagen de líder y elevar la autoestima del perro, desensibilizándolo de aquello que le provoca el miedo
Será preciso enfrentar al perro al motivo de su miedo y estimularlo para cambiar su percepción de la causa, hasta el momento negativa, por algo más positivo y menos amenazador. Tan solo lograremos que un perro abandone una conducta agresiva hacia los perros logrando que entre voluntariamente dentro de un grupo numeroso de estos y ayudándole a comprobar que no tiene por qué pasarle nada malo. En este caso,la firmeza y la suavidad tendrán que estar estrechamente ligadas, para que el animal perciba un modo de actuar seguro y firme pero confiado y tranquilo.

miércoles, 26 de marzo de 2014




   La diversidad de razas de caninos es realmente numerosa y muy hermosa, sin embargo, hay unos que son más altos que otros. Aquí te traemos las razas más altas.

Gran Danes


El gran danés, dogo alemán o alano alemán es una raza canina conocida por su gran tamaño y personalidad delicada, considerado como el «Apolo entre todas las razas» por la Federación Cinológica Internacional. También se considera que desciende del Bullenbeisser con mezcla de sangre 50/50 y es parte del grupo Generación Bullenbeisser. Más información.


Lobero Irlandés

El Cazador de lobos irlandés o Lobero irlandés es la raza canina más alta que existe; los ejemplares adultos alcanzan una estatura promedio de entre 95 y 100 cm a la cruz. Más información.


San Bernardo


El san bernardo es una raza de perro originaria de los Alpes suizos y del norte de Italia. Es el perro boyero más famoso junto con el mastín del Pirineo y es muy próximo al gran boyero suizo. Desciende del extinto mastín de los Alpes, que se mezcló con otras razas como el dogo del Tíbet, el terranova y el gran danés. Su nombre en otros idiomas es: St. Bernhardshund, Bernhardiner, Chien du Saint-Bernard, Saint Bernard Dog. Más información.


Mastín Ingles

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El Mastín inglés es una raza grande de perro boyero moloso de tipo mastín. En el siglo XVIII se le describió de esta forma: "Lo que el león es para un gato, así es el Mastín comparado con un perro". Más información.




Borzoi


Borzoi es una raza de perro desarrollada en Rusia. El Borzoi desciende del galgo árabe, siendo parecido a un perro ovejero ruso. Anteriormente conocido como galgo ruso, fue originalmente criado para cazar lobos y liebres. Más información.

Pastor de Anatolia

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El Pastor de Anatolia también conocido como Karabash (cabeza negra en turco) es una raza de perro originaria de la región de Anatolia en el centro de Turquía.

Todas estas razas pueden llegar a los 90 cm. de altura.

lunes, 24 de marzo de 2014

  

  Entrenar a un perro pequeño para que vaya al baño requiere de paciencia y constancia, pero si tienes un sistema y te adhieres a él, tu cachorro hará sus necesidades al aire libre en poco tiempo. Sigue estas instrucciones para entrenar a tu pequeño perro para ir al baño en tan sólo unos pocos pasos.

  Instrucciones:


  1. Compra una caja que sea lo suficientemente grande para permitir que tu perro pequeño pueda dar la vuelta y que tenga espacio suficiente para dos áreas, una para un plato de agua y la otra para juguetes y una colchoneta de dormir.
  2. Cubre la caja con periódicos en caso de accidentes. Tu cachorro instintivamente evitará "ir al baño" en su área de dormir o comer, así que asegúrate de darle un montón de oportunidades para hacer sus necesidades afuera. Manténlo en un horario estricto y llévalo afuera 20 minutos después de comer para animarlo a ir al baño. Si hace pipí o popó elogialo diciendo: "¡Buen pipí!" o "¡Buen popó!" para que sepa exactamente que lo que hizo te gustó.
  3. Cada vez que tu perro o cachorro pequeño haga sus necesidades afuera, alábalo y juega con él hasta una hora antes de devolverlo a su caja para descansar. Sácalo de la caja cada dos horas para asegurarte de que forme el hábito de no ensuciar su espacio. Si notas que huele el área y camina en círculos, sácalo de su caja de inmediato y llévalo afuera. Esta es una señal de que está buscando un lugar para "ir".
  4. Aumenta gradualmente la cantidad de tiempo que tu cachorro pasa en la caja y la cantidad de espacio que se le permite utilizar en su tiempo libre alrededor de la casa. Asegúrate de sacarlo de su caja y llevarlo al patio todas las mañanas. Cárgalo hasta allí para que no tenga un accidente en su camino hasta la puerta. A medida que aumenta el control de su vejiga y se vuelve más seguro de lo que se espera de él, puedes dejar que camine hacia la puerta con una correa o solo.
  5. Pasea a tu perro pequeño o cachorro en la misma área del patio cada vez que lo saques y buscará el lugar por su cuenta cuando necesite orinar o defecar.

Consejos y advertencias:


  •   Dale a tu pequeño perro oportunidades para hacer sus necesidades al aire libre. Los perros pequeños pueden ser más difíciles de entrenar que los perros más grandes porque sus dueños tienden a llevarlos a todas partes, disminuyendo sus posibilidades de hacer sus necesidades. En lugar de hacer eso, pasea a tu perro pequeño con una correa o permite que corra libremente por el patio varias veces al día.
  •   No entrenes a un perro pequeño usando papel periódico si quieres que, en el futuro, haga sus necesidades afuera. Una vez que el perro ha sido entrenado para ir sobre el papel, lo asociará con las ganas de ir y esto puede hacer que sea más difícil hacer que deje el hábito cuando lo saques de su caja y lo aleje

sábado, 22 de marzo de 2014

   

Si optas por bañar tú mismo a tus caninos, te recomendamos que veas este video donde podrás comprobar las técnicas más recomendadas para realizar esta hermosa tarea.

Bien, piensa que te has decidido a tener un cachorro en casa y ya sabes dónde lo vas a adquirir, cuándo te lo van a dar y todas las responsabilidades que va a conllevar tener un animal a tu cargo, tanto para bien como para mal.
¿Sabes de lo que has de preparar en casa para tu nuevo inquilino? Aquí te damos algunas recomendaciones para que, después, no tengas accidentes que te hagan replantearte realmente si querías un perro o no:
  • Quita del alcance todos los objetos que se puedan romper, que les tengas cariño o que no quieras que, a la mañana siguiente, aparezcan en trocitos por toda la casa.
  • Cierra la tapa del inodoro y la lavadora para que no se meta dentro (los cachorros son curiosos).
  • Evita cables, enchufes y demás porque tenderán a romperlos.
  • Cierra bien las bolsas de basura y no se las dejes al alcance. Su olfato hará que haga de las suyas.
  • Pone una zona sólo para él, que sepa cuál es su sitio en la casa.
  • Cuidado con las plantas, si es necesario, sítialas.
  • Déjale agua y comida para que pueda alimentarse.